Con mucha ilusión comenzamos nuestro viaje en Oviedo, ávidos de conocer, de hacer nuevas amistades, de vivir esa experiencia. Y en Collado-Villalba, nuestros compañeros y compañeras. Ellos fueron la clave. No se puede juzgar a las personas por su apariencia. Montaron en el autobús a las seis de la mañana y éramos todos desconocidos. Sin embargo rápidamente hicimos amigos. El viaje resultaba emocionante. Las profesoras y el profesor disfrutaban con la emoción de los estudiantes. Compartimos el amanecer.
Y un viaje en barco. Para muchos la primera vez. Entre vaivenes y un poco de mareo vimos delfines en un viaje a un nuevo continente que nos resultaba fascinante. Con cierto miedo a una sociedad con mezcla de muchas culturas.
¿Qué nos espera?
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